La llegada del verano es inminente y, durante este periodo, al igual que en otros momentos, es fundamental evitar padecer una piel deshidratada. La exposición prolongada bajo los rayos de sol, los baños en la playa o la piscina, así como el exceso de aire acondicionado, nos obligan a reforzar la protección que utilizamos, además de mejorar las rutinas de cuidados que usemos habitualmente. Hoy exploraremos algunos de ellos.

Una de las necesidades fundamentales que presenta nuestra piel es el agua. Las cantidades de agua que mantenemos en la piel fluctúa de forma constante y, según el momento, la iremos perdiendo a través del sudor, la orina, etc. De ahí la necesidad de beber agua e hidratarnos de forma constante con el fin de reponer estas pérdidas. Por eso, podemos afirmar que la deshidratación también viene causada por agentes externos y que su durabilidad suele ser transitoria.

Para que podamos acceder a los cuidados específicos frente a la piel deshidratada, es necesario conocer cuál es nuestro tipo de piel. Con independencia de que tengamos una piel deshidratada o mixta, también puede mostrar signos de deshidratación.

¿Qué tipos de pieles existen?

Piel normal

Es aquella que no necesita de cuidados especiales al no albergar imperfecciones y presentar un aspecto suave.

Piel seca

Quienes presenten una piel seca suele manifestarse a partir de cierta sensación de tirantez, descamación, enrojecimiento o picor. En este caso, el estado de salud o incluso la edad suelen ser causas directas de su aparición. La piel seca también es fruto de ciclos estacionales ante circunstancias externas como el clima, la humedad o las inmersiones en agua caliente.

Aquí podemos citar también la piel atópica al ser una enfermedad que presenta la piel seca provocando descamaciones e irritaciones.

La piel seca es diferente a la piel deshidratada. En el segundo caso, la piel no dispone de suficiente agua y puede mostrarse tensa.

Piel sensible

También conocida como piel irritable. Una de sus principales características es reaccionar de forma diferente a los estímulos al manifestarse a partir de sensaciones como el picor, la tirantez, enrojecimiento, etc. Necesitan de mayores cuidados diarios ya que en la misma se produce una pérdida de la barrera protectora de la piel.

Piel grasa

Viene determinada por un exceso de producción de grasa por las glándulas sebáceas, normalmente, por factores hormonales y genéticos. La apariencia del cutis suele ser de una piel porosa y brillante, que puede acompañarse por la aparición del acné.

Piel mixta

Aquí existe una mezcla entre piel seca, sobre todo, en las mejillas, frente a otras zonas del rostro como la frente, nariz o barbilla, donde suele existir grasa.

Piel escamosa

Se manifiesta a partir de la descamación de la piel y suele venir acompañada por factores medioambientales (la humedad, sequedad, el viento, etc.). También es el resultado de infecciones por hongos, o bien, algún tipo de reacción alérgica.

Para poder saber qué tipo de piel tienen nuestras pacientes, contamos con la mejor tecnología, con el poder de ver debajo de la piel.

¿Cómo se manifiesta la deshidratación en la piel?

La deshidratación se manifiesta en la piel de diferentes formas. En el caso de que una piel seca esté deshidratada, los síntomas suelen ser más graves al surgir determinadas estrías en el propio rostro, o bien, se nota de forma más acusada en las mejillas. Por otro lado, cuando una piel mixta se encuentra deshidratada, solemos encontrar más síntomas en la zona de la nariz, alrededor de la boca o en el nacimiento de las cejas.

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Principales consecuencias pieles deshidratadas:

Tirantez

La escasez de agua en la piel provoca una mayor tirantez en la misma, acompañada de falta de elasticidad y suavidad.

Descamación

Es uno de los principales síntomas de las pieles deshidratadas, que suele acompañarse por picores o irritación cutánea.

Pérdida de brillo

Normalmente, el rostro suele mostrarse cansado o fatigado, con ausencia de luz o apagado.

Pérdida de turgencia

En los casos de deshidratación más graves, se muestra como la piel tarda en retornar a su posición normal.

¿Qué consecuencias genera no tratar la deshidratación de la piel a largo plazo? Normalmente, suele acompañarse de una temprana aparición de las arrugas o líneas de expresión, mayor envejecimiento del rostro, ojeras muy marcadas o estrías de deshidratación.

¿Cómo actuar ante la piel deshidratada?

Debemos saber que mojarnos no hidrata nuestra piel, pues la piel es impermeable al agua: para hacer entrar agua a nuestro cuerpo debemos beber agua, por tanto si queremos hacer entrar agua a nuestra piel, debemos buscar aquellos productos que penetran nuestra piel.

Entonces, ¿qué cuidados debemos tener para poder hidratar nuestra piel?

Cuidados para el rostro: es muy importante limpiarla en profundidad siguiendo unas rutinas específicas, por la mañana y por la noche. Aquí es vital emplear los productos adecuados según el tipo de piel que tengas. En el centro médico de Cabo Bové podemos proporcionarte de manera individualizada el mejor producto según tu tipo de piel, gracias a la exploración que realizamos con nuestra tecnología y te daremos lo mejor para ti.

Cuidados para el cuerpo: buscaremos cuáles son tus zonas más deshidratadas y qué podemos hacer para ayudarte a reforzar la hidratación cutánea.

Además de las expuestas, para evitar la piel deshidratada también es muy importante optar por mantener una dieta equilibrada que sea rica en frutas y verduras, beber como mínimo 1,5 litros de agua al día, junto con mantener un buen descanso.

¿Cómo saber si tengo la piel deshidratada y cómo mejorarlo? En De Cabo-Bové realizamos una primera valoración gratis para conocer como se encuentra la piel en su interior a partir de técnicas como la ecografía estética. Este primer paso nos garantiza un diagnóstico preciso para poder elegir el mejor tratamiento. ¡Solicita tu primera visita, AQUÍ!