En los últimos años se han comunicado numerosos tratamientos con plasma rico en plaquetas (PRP) y factores de crecimiento autólogos.

El plasma rico en plaquetas es un producto que se obtiene por centrifugación diferencial de sangre, extraída del mismo paciente, logrando un producto concentrado de plaquetas que tras activarse se inyecta en las zonas mas flácidas estimulando las funciones del fibroblasto, la célula encargada de determinar la estructura y calidad de la piel.

Este tratamiento se recomienda a partir de los treinta años, edad en la que la piel empieza a perder su poder de regeneración o simplemente cuando los signos de envejecimiento son visibles. Se puede aplicar tanto como tratamiento preventivo de una piel joven o como restitutivo en una piel envejecida.

¿Cuántas sesiones son necesarias?

La mejoría es apreciable desde los primeros días y es máxima a los 20 o 30 días, manteniéndose estable muchos meses. Los resultados dependen del tipo de piel y de las lesiones previas.

Quedan descartados los efectos adversos porque el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es un preparado realizado con la propia sangre del paciente, evitando de esta forma, el riesgo de infección o transmisión de enfermedades, reacciones alérgicas y además, por su composición rica en factores hemostáticos, evita la formación de hematomas.

El 95 % de los pacientes se manifiestan satisfechos con las mejoras en el aspecto, la textura, la tersura, el tacto, el tono, el brillo, la luminosidad, etc, de la piel tratada.

El tratamiento, apto para hombres y mujeres, no requiere ningún tipo de preparación previa, y tras su aplicación, las personas se reincorporan de forma inmediata a su vida social, sin una sola cicatriz, marca o enrojecimiento. La mejoría es apreciable desde los primeros días y es máxima a los 20 o 30 días, manteniendose estable muchos meses.