La flacidez facial es y ha sido una preocupación constante entre nuestros pacientes.  Sin embargo, desde la irrupción del COVID-19, esta inquietud ha aumentado considerablemente entre nuestras consultas. Por ello, hoy nos centraremos en conocer los principales efectos adversos que puede generar en nuestra piel el empleo continuado de las mascarillas.

Las mascarillas constituyen una medida preventiva frente al Coronavirus pero, ¿realmente has notado que tu piel se ha mostrado con mayor palidez, más apagada o sin luz en estos últimos meses? Es un efecto directo que muchas personas ya han apreciado y que, a su vez, también ha empeorado determinadas patologías previas, como es el caso del acné, herpes y manchas.

 

¿Qué efectos generan el uso continuado de las mascarillas? 

Son  varias las afecciones que puede producir el uso extenso de mascarillas. Entre las más frecuentes, podemos mencionar: picores, empeoramiento de cuadros de acné y rosácea, dermatitis, sequedad y flacidez facial. El origen de estos efectos lo podemos atribuir a:

Mayor sudoración

El efecto oclusivo de la mascarilla durante un período extenso de uso produce un aumento de la temperatura en la zona cubierta, lo que implica mayor sudoración y, por lo tanto, mayor acumulación de sebo. En aquellos casos en los que se padece de un cuadro de acné más severo, o bien de dermatitis, esto puede generar un efecto adverso superior.

Falta de oxigenación

Nuestro rostro no está acostumbrado a permanecer cubierto durante períodos tan largos, por lo que el calor y la humedad producida por la propia respiración se traducen en una falta de oxigenación.  Esto conlleva a que nuestra capa superficial de la piel se torne más irritable y promueva la aparición de alergias, arrugas, enrojecimientos, herpes, dermatitis, etc.

Falta  de hidratación

Nuestra piel posee un manto protector  que cubre la última capa de nuestra epidermis, la barrera hidrolipídica. Su principal función es protegerla de agentes externos y evitar la pérdida de agua. Pero, ¿qué ocurre con el uso continuado de las mascarillas?

  • -Evita la circulación natural del aire.
  • -El material con las que están fabricadas absorben la grasa natural que mantienen el equilibrio de hidratación en nuestra piel disminuyendo la producción  de colágeno y elastina, potenciando la flacidez facial y acentuando las arrugas y los signos de envejecimiento.

Aumento de microorganismo

Las mascarillas quirúrgicas han sido concebidas para ser desechadas tras usarlas un tiempo determinado. Concretamente, la recomendación  es que  no  se utilicen  más allá de las 4 horas. 

Sin embargo, esto  no suele ser lo habitual. La saliva, la sudoración o los restos de comida producen un sobrecrecimiento de  microorganismos que pueden afectar a la salud cutánea del paciente fomentando el surgimiento de herpes, erupciones cutáneas, hongos y, además, hasta enfermedades periodontales.

Roce continuo

Las  mascarillas con  mayor protección, como las FFP2, son  más oclusivas y, por tanto, más ajustadas. Su propia naturaleza también genera lesiones en la propia piel debido al roce de las propias gomas de sujeción. También se ha observado que su uso ha generado un mayor número de casos de pieles muy secas, ásperas y sensibles.

 

 

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